Hoy, hace exactamente un año, me atreví a patear el tablero, llenarme de valor y ponerme a redactar lo que hasta el momento ha sido, y espero que siga siendo, la última carta de renuncia a un trabajo.
Mi trabajo me gustaba, no me hacía infeliz, no me levantaba con ninguna nube negra sobre mi cabeza ni odiando mi completa existencia; cosa que si me sucedió antes en diferentes trabajos (por no decir en casi todos) y en niveles de autodestrucción muy distintos.
Me gustaba lo que hacía, la chamba me quedaba cerca, el horario no era una locura, no ganaba mal... Así que no fue un tablero que patee y luego recogí para destruirlo en mil pedazos que luego me comí hasta no dejar ningún rastro de ellos. Fue un tablero que más que otra cosa, patee quedito, y luego lo colgué por ahí para tenerlo de recuerdo.
Ser independiente es algo que siempre había querido ser, pero que (ahora me doy cuenta) no tenía ni la más puta idea de lo que realmente significaba. Estaba enamorada de las típicas frases cliché y el rollito ese que está tan de moda del ser "realmente feliz, haciendo lo que a uno realmente le gusta..." y todo el refrito de los lunes no son lunes cuando uno hace lo que lo apasiona.
Pero para lo que si me sirvieron todo esos videitos inspiracionales y memes en facebook, fue para atormentarme lo suficiente cada noche, hasta que un día, luego de muchos días sin poder dormir, llegué a la oficina, prendí mi laptop y muy conchudamente, me tomé 30 minutos de mi horario de trabajo, para informarle a mi jefe, en un word bien formateado, que releí un trillón de veces, que trabajaría hasta quincena de Julio.
Yo no quería saber nada con el mundo, acababa de hacer aquello que tanto miedo me había dado hacer, ¡olvídate! ya estaba todo hecho, a partir de ahora sería REALMENTE FELIZ, porque como dicen los libros, ese primer paso, el más difícil, por fin ya lo había dado.
Bitch please...
Volverte independiente es la cosa más traumante que puedes experimentar en toda tu vida. No, corrección: Volverte independiente, con un plan de vida mediocre, conformado por 95% sueños cojudos y 5% optimismo de que ahora que eres libre y feliz todo estará bien... Es prácticamente un disparo en la cien. Pues te vas estrellando escalón por escalón con que cada una de esas frases, perfectamente diseñadas para que te las tragues enteritas, son una realidad completamente diferente, donde si eres débil de espíritu o no te gusta dejar tu zona de confort, terminas hecho bolita todas las noches, odiándote a ti mismo y a tu nueva y muy extrema pobreza.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1V1jS-ptkCx0S2Qi-w5tmi_Wl5MBycMqcngsypnafQqmn3IY6WRtsm4dGzgYsLztJU5n6PxAGdoK0X7FHFw0j5Bjfi1S_4ph9RmdW_O6vmXMP3rvODtH5NMB8eYiib650x6doUWFWb3A/s320/Great-quote-from-Wolf-of-Wall-Street.jpg)
Como ya no había un Jefe, un Directorio, no más Comités... me tuve que dar cuenta de mi propia realidad, que era pésima organizando mi tiempo, en planeamiento de mi propia vida jalaba con 05 y mi capacidad de respuesta frente a las crisis era vergonzosa.
Y sumado a todo esto, exactamente 45 días después de este gran paso y en medio de toda esta lucha interna por retroceder nunca, rendirme jamás... un test de farmacia me dio positivo y me indicaba que la cosa estaba aún más jodida de lo que yo creía y esta vez solo había una forma de proceder: O hacía que esto funcione o hacía que funcione. Punto. No había más.
Y fue así como mi carta de renuncia, que por cierto nunca fue del todo aceptada por mi maravilloso ex Jefe / actual cliente, se convirtió en lo que ahora prácticamente destino la mayoría de mi tiempo y de donde vienen una gran parte de mis ingresos. Desperté a la freelancer que llevaba dentro y me ayudó a conocer habilidades que antes mantenía dormidas porque nada tenían que ver con las chambas que conseguía (donde siempre hacía exactamente lo mismo) y aprendí que tú puedes renunciar a todo por una idea que te enamoró desde un inicio, pero no necesariamente esa va a ser la idea que te va a llevar al éxito, es más, probablemente vas a tener que verla morir cien veces y rediseñarla otras mil, o como me pasó a mi, terminar desarrollando otras que en el camino te apasionaron más y te generaron mayor retribución y terminas entendiendo que la función de esa primera idea era precisamente eso, ser el empujoncito que necesitaste para dar el primer gran paso de lo que ahora es tu nueva vida.
Así que feliz año a mi. A la Carla independiente que casi se pegó un tiro 1500 veces el año pasado y comprendió que un trabajo es mucho más que una eps, una grati y unas utilidades (aunque a veces todavía en Marzo, Julio y Diciembre reconozco que mi corazón se hace pasita). Ahora volteo a ver en los ojitos de mi pequeño bodoque el verdadero significado de la frase "Todo pasa por algo", porque si ese 15 de Julio no hubiese sido mi último día como empleada dependiente, exactamente el próximo Lunes estaría regresando contra mi voluntad a la chamba porque mi dichosa licencia por maternidad ya habría terminado.